El NOMBRE PROPIO de cada niño contiene un valor afectivo muy importante: le pertenece y lo acompaña toda su vida.
Es el primer anclaje de la identidad, el vehículo mediante el cual la persona se representa a sí misma y se percibe como un ser individual y diferenciado.
En clase realizamos distintas actividades para conocer las letras que componen sus nombres, discriminarlas y ordenarlas para formar el nombre. Usamos pinzas, letras de madera, tapones y van escribiendo fijándose en el modelo.
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